Propósitos

Este año no me tomé las uvas. La verdad no sé porqué lo seguía haciendo si nunca me gustaron las uvas. Pensé en cambiarlo por otra cosa; las golosinas no me convencieron porque con eso de trabajar en la profesión dental he de dar buen ejemplo; los sorbitos de champán tampoco lo hicieron ya tengo suficientemente castigado a mi hígado; y así con las mil cosas que pensé. Además es una tradición, y las tradiciones si se hacen se realizan como siempre.
La tradición que sí que he seguido es la de hacer esa larga lista de propósitos que nunca se cumplen. Así que ya que no se pueden cumplir, hice otra lista, ésta de metas que implica competición y llegar al final sea perdiendo o sea ganando.
Mis propósitos son igual que los de cualquier otra persona: apuntarme de nuevo al gimnasio, sacarme el carnet de conducir, ahorrar dinero, frikear menos con el PC....
Pero mis metas, son mias y en mí se van a quedar. Por ahora, ya se cumplió una, no gané ni perdí, pero creo que es la esencial para que las demás se lleven a cabo, puesto que gracias a ella tengo más confianza en mi misma. En definitiva, mis metas, tienen que ver, como todo, con "tenerlo todo".
Existen muchas definiciones de "tenerlo todo". Y todas y cada una de ellas es personal e intransferible como los DNI. Conformistas, comodones, familiares, triunfantes, aventureros, no rutinarios o rutinarios, locuras o corduras... Aun así sigue siendo imposible encasillarme en una de ellas, porque ¿para qué tenerlo todo? Así tendría que dejar de escribir mis listas de propósitos y metas, otra tradición que dejar y ¿qué gracia tendría entonces celebrar el año nuevo?
Por ahora me conformo con dejar las uvas, que aunque dicen que da mala suerte, mi aventura comenzó con ese insignificante detalle.